Por Jorge Capelán, RLP/TcS.
La elección el domingo de Joachim Gauck como nuevo presidente de Alemania se lleva todos los premios en hipocresía y desprecio por la historia. No porque sea un gran derechista - que tiene derecho a serlo - sino porque además se le ha endilgado el título de "El Mandela Alemán".
Durante la guerra fría, Gauck asumió papeles destacados en los grupos anticomunistas dentro de la extinta RDA y fue uno de los fundadores del Nuevo Foro, un movimiento que contribuyó a la caída del Muro de Berlín.
Tras la caída del Muro de Berlín, el entonces canciller Helmut Kohl, decidió poner a Gauck al frente de la oficina de archivos de la Stasi, el órgano de inteligencia de la RDA, para dese allí poder desatar más efectivamente la caza de brujas contra todos los que se hubiesen identificado con el socialismo.
No se sabe muy bien a quién se le ocurrió la estrafalaria comparación de Gluck con el dirigente de la lucha contra el sistema racista del apartheid.
Unos medios dicen que fue el diario inglés de Independent, otros que fue la agencia Reuters. No importa, el hecho es que la denominación terminó por pegarse a los labios de cuánto derechista con ínfulas de respetabilidad hay en el mundo.
La verdad es que el oprobioso sistema racista del Apartheid en su época fue apoyado por todos los partidos de derecha del mundo. El Apartheid consistía en segregar a las poblaciones aborígenes en guetos llamados batustanes y negarles todo tipo de derechos para mantener a una minoría blanca y opulenta.
Otra cosa que no se menciona sobre el Apartheid es que de hecho, fue derrocado gracias a la heroica solidaridad internacionalista del pueblo cubano que ofrendó muchas vidas en Namibia y Angola.
La victoria de las fuerzas angolanas y cubanas en la batalla de Cuito Canavale en 1988 fue un severo golpe que aceleró grandemente la caída al régimen sudafricano - algo que el propio Nelson Mandela jamás se ha cansado de reconocer.
De hecho, el partido que más votos le dio a Gauck para nombrarlo presidente - y el que más cerca llega a los ideales de este "independiente" protestante "cazador de miembros de la Stasi" - en los días del Apartheid apoyó a la minoría racista blanca en contra de Mandela y su ANC:
La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Ángela Merkel, en los 80s fue miembro de las internacionales derechistas Internacional Demócrata de Centro e International Democrat Union, junto con partidos como COPEI de Venezuela, el PP español, ARENA de El Salvador y el Partido Moderado de Suecia - todos ellos reacios a condenar al régimen racista del Apartheid, cuando no apoyándolo abiertamente.
Ya nada debería sorprender sobre la capacidad que muestra la derecha hoy en día para reescribir su reaccionario pasado y su actuar presente en tonalidades decididamente progresistas.
Ejemplos frescos de ello son el canciller británico que recientemente acusó a Argentina de "colonialista" por querer recuperar las Islas Malvinas que su país ocupó por las armas hace casi 200 años, o la película que hace una interpretación "feminista" (!?) de la nefasta Dama de Hierro, Margaret Thatcher, por la que la actriz Meryl Streep recientemente fue premiada con un Óscar.
Sin embargo, el nombramiento de Gauck al honorífico puesto de presidente germano rompe todos los récords. No se trata sólo de que el personaje en cuestión sea un anticomunista fanático que ha dedicado su vida a perseguir a sus ex-compatriotas de la extinta República Democrática Alemana (RDA), sino que además al recibir esa dudosa distinción ha recibido de paso el título de "El Mandela Alemán". Esto es desvergüenza en su estado más puro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario