Por Jorge Capelán, RLP / TcS.
Una mujer delgada e indefiniblemente blanca entra al andén de una vieja y abandonada estación de trenes. La estación está vacía, sin un solo vagón ni viajeros. Las pisadas de sus zapatillas deportivas hacen eco en el aire azulado al aterrizar inadvertidamente sobre un pequeño charco de agua mugrienta, señal de un mundo frío y amenazante ante el que se encuentra sola e inerme, sólo protegida por la fina malla amarilla que lleva puesta, reminiscencia de la vestimenta de ciertos aficionados a las carreras matinales, o tal vez del uniforme de alguna vieja estrella de las artes marciales.
De pronto, a sus espaldas, (¿desde el lejano Oriente?) y al sonido de un gong, salta un guerrero ninja de rasgos asiáticos haciendo frenéticos y amenazantes gestos, agazapándose como si se aprestase a abalanzarse sobre ella con el mortífero salto de un tigre. Un ruido de vidrios rotos anuncia un nuevo peligro, esta vez, definitivamente, desde el Oriente Medio: Es un mago de larga y negra barba y turbante, que haciendo uso de sus artes se eleva un par de cuartas en el aire y, blandiendo un par de temibles cimitarras, de dos trancazos y sin tocar el suelo le cierra el paso a la mujer. Ésta no pierde la compostura y atentamente vuelve la cabeza cuando una figura afroide sale desde la penumbra (¿desde América Latina? ¿desde el África Negra?) rodando sobre el concreto con vueltas de capoeira.
De pie ante los tres temibles malhechores, la mujer cierra los ojos y suelta una larga exhalación. Lo que sigue es un milagro asombroso: Gracias a los misteriosos poderes mágicos de una plegaria que parece pronunciar desde las profundidades de su introspección, la europea se convierte en una rueda de once réplicas de sí misma que rodean a los amenazantes bárbaros. Éstos, viéndose ampliamente superados en número, envainan sus cuchillos y se sientan... para dialogar.
Con un silbido que recuerda una vieja película italiana de vaqueros, la cámara se desplaza hacia un plano cenital desde el que las doce mujeres europeas vestidas de malla amarilla se transforman en el círculo de estrellas de la bandera de la Unión. El texto final del corto cinematográfico producido - y luego censurado - por la Comisión Europea, informa al espectador: "Entre más seamos, más fuertes seremos".
El vídeo de propaganda para la ampliación de la Unión Europea, que lleva por título "Creciendo Juntos" (Growing Together), fue retirado de circulación luego de acusaciones de racismo, según un cable de la BBC.
Stefano Sannino, Director General de Ampliación de la Unión Europea, dijo por medio de un comunicado que, a pesar de que el corto viral de propaganda había pasado el test de un grupo de espectadores-meta de entre 16 y 24 años de edad "que comprenden las tramas y los temas de las películas y videojuegos de artes marciales", su oficina estaba retirando el filme debido a señalamientos hechos contra su mensaje.
"Pedimos disculpas a todos aquellos que se puedan haber sentido ofendidos. A causa de esas controversias, hemos decidido parar de inmediato la campaña y retirar el vídeo", dijo.
En la Europa del capitalismo decrépito se puede ser todo lo racista que se desee, pero no de cualquier manera:
El presidente Nicolás Sarkozy puede llamarles "escoria de clase baja" a los jóvenes de los suburbios franceses, en su mayoría extranjeros o hijos de extranjeros. La canciller alemana Ángela Merkel puede decir que "Esta perspectiva de una sociedad multikulti (multicultural), de vivir juntos y disfrutar del otro (...) ha fracasado (...) totalmente" y que "el que no acepte eso (los supuestos valores cristianos de los alemanes) no tiene sitio aquí". El primer ministro británico tiene el tupé de llamar "colonialista" a la Argentina por querer recuperar unas islas que su país ocupó por las armas hace 180 años. La lista de ejemplos es interminable.
En nombre de la democracia y su derecho de "proteger a la población civil indefensa", la Alianza Atlántica bombardeó a Libia y armó a bandas de facinerosos que sembraron - y aún siembran - el terror entre las gentes a las que se decía querer salvar. Al fin de la guerra, los mal llamados rebeldes, armados por Europa y los Estados Unidos, invitaron al ministro de defensa italiano Ignazio La Rusa y su par británico Liam Fox, a los que dijeron que "Los libios saben perfectamente que el periodo del colonialismo italiano (sí, el de Mussolini) procedió en concomitancia con un era de grandes construcciones y desarrollo".
Como en el terreno de las declaraciones públicas, en el terreno de la acción, llámesele guerras de rapiña y conquista, persecución de inmigrantes, leyes migratorias retrógradas e inhumanas, tratados de "libre" comercio expoliadores, tolerancia al nazismo, xenofobia, islamofobia, etcétera, los ejemplos actuales del racismo y del colonialismo europeos son legión.
Al mismo tiempo, por alguna misteriosa razón, otras expresiones de ese mismo racismo son juzgadas como de mal gusto, y por ende, suprimidas.
"Es raro, porque normalmente hay algo de kumbayá (inocencia hipócrita) en la Comisión (de Ampliación de la UE). Pero ha producido un vídeo que muestra a una mujer blanca siendo amenazada por extranjeros con armas. Esto es de dudoso gusto y falto de juicio", explica Raoul Ruparel, del tanque de ideas "independiente" Open Europe al diario The Guardian.
En realidad, no tiene sentido buscar el principio que rige lo que los propios europeos definen como racismo a partir de sus actos o de sus palabras como tales.
Todo es cuestión de política. En las cosas que verdaderamente importan, a la hora de tomar decisiones políticas, raramente alguno de los mandatarios europeos se retracta o se autocritica. Al contrario, a menudo las declaraciones y los actos más racistas son celebrados o a lo sumo disculpados y justificados.
Por otro lado, en las cosas que menos importan - y en estos momentos, la ampliación de la Unión es verdaderamente un tema que importa poco - siempre se puede sacar de circulación un vídeo que se pasó de la raya como alibi para lo que en realidad consideran su "derecho" de tratar como subhumanos a las personas y los pueblos del Sur y del Oriente.
http://www.rlp.com.ni/noticias/general/116632/racismo-a-la-europea
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