Por Jorge Capelán | Radio La Primerísima/Tortilla con Sal.
Un escándalo sacude al reino de Suecia
luego de que la radio estatal de ese país revelase planes avanzados para
la construcción, con fondos y agencias públicas, de una fábrica de
armas en Arabia Saudita, probablemente la dictadura más despiadada del
mundo y un fiel aliado de los Estados Unidos.
Ekot, el noticiero de la radio estatal sueca, reveló el martes
que existen ambiciosos planes para que el Instituto de Investigaciones
para la Defensa Total (FOI, por sus siglas en sueco), ayude a Arabia
Saudita en la construcción de una avanzada fábrica de armamentos.
El proyecto comenzó su implementación en el año 2007 y tiene
el nombre interno de Simoom (viento del desierto), según una gran
cantidad de documentos secretos a los que Ekot tuvo acceso.
Arabia Saudita es una de las dictaduras más crueles del mundo,
con un récord de violaciones sistemáticas a los derechos humanos,
además de ser uno de los más grandes receptores de ayuda militar
estadounidense.
Suecia tiene formalmente prohibido verder armamento a dictaduras y a países que se encuentran en guerra.
Sin embargo, en 2005, el entonces gobierno socialdemócrata
firmó en secreto con Arabia Saudita un acuerdo de cooperación militar
denominado MOU en la jerga militar-burocrática del país escandinavo.
El jefe de FOI, Jan-Olof Lind, negó la existencia de dicho
proyecto, pero su antecesora y un importante socio de la institución
revelaron una serie de detalles que confirmaron los hallazgos de los
periodistas.
Según documentos en poder de la radio sueca, el 19 de febrero
de 2007, un general saudí de apellido Nasser llegó al país escandinavo
con una solicitud de ayuda para la construcción instalaciones en el
desierto para producir explosivos y combustible para misiles que a falta
de esos insumos no podían funcionar.
El FOI no tardó en aceptar la oferta de Nasser y se firmó un
acuerdo para la realización de un estudio preliminar. Los expertos
suecos viajaron a Arabia Saudita para poder determinar en el terreno si
las instalaciones - un total de 35 edificios - debían construirse bajo
tierra.
Al cabo de seis meses, FOI termina su primer informe, el
estudio preliminar, sobre el proyecto Simoom. Ese documento, que
describe cómo se realizará la construcción de la fábrica, es entregado a
inicios de 2008 a un correo saudí con el alias de "El Ingeniero".
El Ingeniero se muestra conforme con el estudio e insiste en que desea comenzar de una vez con la construcción.
A pesar de la insistencia de los reporteros de la radio sueca,
el Director General de FOI, Jan-Olof Lind, mantiene que "nunca ha
existido" el tal proyecto Simoom.
Sin embargo, la desde hace unos tres años antecesora de Lind
al frente del FOI, Madelaine Sandström, decide hacer declaraciones que
confirman la existencia de Simoom, un proyecto que - según ella - causó
muchos conflictos.
"Esa es la memoria que me ha quedado grabada (de Simoom), que
era algo embarazoso, malditamente embarazoso, por decirlo de manera poco
educada", dice a los periodistas.
Según Sandström, en realidad todo empezó en 2005 cuando el
entonces gobierno socialdemócrata firmó el denominado acuerdo MOU sobre
cooperación militar con Arabia Saudita.
"Ya desde aquella cena en el Castillo de Karlberg (sede de la
Academia Militar), luego de la firma del acuerdo MOU por el entonces
ministro de defensa Leni Björklund, fue que se empezó a discutir
cuestiones sobre la investigación y las actividades del FOI. Entonces
yo, cuando nos fuimos de la cena, dije que me parecía que ellos (los
sauditas) volverían pronto a contactarnos", dice la ex jefa del FOI.
Según Sandström, tras el acuerdo de cooperación militar estaba
el interés del gobierno sueco de ayudar a las multinacionales SAAB y
Ericsson a vender el sistema de radar de vigilancia Eriye a Arabia
Saudita. Suecia le prometió a los sauditas cooperación sobre
investigación militar por medio del FOI a cambio de que comprasen los
radares.
El acuerdo dice textualmente que "las partes buscarán
principalmente intercambiar conocimientos técnicos y de ingeniería para
el mantenimiento, desarrollo y reconstrucción de sistemas, equipos y
repuestos bélicos".
"Parece que los de Arabia Saudita estaban bastante cansados de
ser siempre los que compran, pero nunca reciben conocimientos a cambio.
Aquí (en Suecia) les podíamos haber dicho que contactasen directamente a
las empresas, pero fue por eso que ellos contactaron al FOI en primer
lugar, porque ellos mismos sentían que no sabían cuáles eran las
preguntas que tenían que hacer", dice Sandström.
Según los periodistas, de los documentos a los que han tenido
acceso se desprende que el gobierno sueco no tenía nada en contra de
construir la fábrica de armamentos.
El problema más bien era que fuesen las agencias del gobierno
sueco las que armasen directamente al régimen saudita - lo que a su vez
era exactamente lo que los sauditas querían, que fuese FOI la encargada
de dirigir las obras. Ahora los sauditas se sentían engañados con tantos
peros de la parte sueca.
Para resolver la crisis, el FOI fundó una empresa mampara para
los contactos con Arabia Saudita - FOI Company, luego rebautizada como
SSTI Swedish Security Technology.
SSTI estaba representada por las mismas personas que
anteriormente habían trabajado en el Proyecto Simoom aunque ahora en el
papel aparecían como no teniendo ninguna relación con el gobierno.
La existencia de SSTI Security es otra de las cosas que el actual jefe del FOI, Jan-Olof Lind, niega.
En julio de 2009, SSTI recibió un permiso para vender
armamento, un permiso que entre otras cosas, abarca "municiones y partes
combativas de armas de fuego, pólvora y explosivos, etcétera, cohetes
teledirigidos, misiles, torpedos, bombas, etcétera".
La persona que recibió el permiso a nombre de SSTI en 2009 trabajaba al mismo en el FOI y accedió a hablar con los periodistas.
El ex empleado del FOI, Dick Sträng, explicó a la radio sueca
que sus jefes no tuvieron más remedio que ponerlo a el al frente de la
empresa mampara:
"No veíamos ninguna otra salida. Con una contraparte que
exigía que FOI definitivamente debía (hacerse cargo), lo que ellos
consideraban que había sido la promesa de Suecia, mientras que el
Departamento de Defensa de ninguna manera le permitía al FOI hacerlo.
Pero teníamos que resolver esto de alguna manera, para nada podíamos
arruinar nuestra relación con Arabia Saudita. ¡Bajo ningún concepto! Así
que, ¿qué hacer en ese caso? No había ninguna solución sensata, no
había ninguna solución correcta al problema", dice Sträng.
A la pregunta de por qué FOI no tenía permiso del Departamento
de Defensa para hacerse cargo de la construcción de la fábrica de
armamento, siendo que el gobierno no tenía nada en contra de que los
sauditas se hicieran con esos conocimientos militares, Sträng contesta:
"Pregúntele al gobierno y al Departamento de Defensa".
Un poco más presionado, al preguntársele qué piensa sobre la
afirmación de que el gobierno sueco creó una empresa mampara para que no
se notase que estaba ayudando de esta forma al régimen de Arabia
Saudita, Sträng contesta, soltando una risotada, "no son las palabras
que yo habría elegido, pero así es, claro".
Según Sträng, su ex jefe Jan-Olof Lind sabe de todo el asunto.
"No soy yo el cerebro tras esta solución" (de crear una empresa
mampara), asegura.
Por su parte, los reporteros de la radio sueca agregan que
Dick Sträng tampoco era el que puso el dinero, sino las arcas del
Estado.
El propio Sträng no responde ni sí ni no a la pregunta sobre
ese tema "por la sencilla razón de que no la puedo responder sin
mentirles a ustedes" periodistas, dice.
Dick Sträng, que dice no saber en qué quedó el proyecto
desde entonces, dejó de trabajar para el FOI a mediados de 2010 y el
intento de llevar adelante la construcción de la fábrica a través de
SSTI al final fracasó.
Pero con ello no murieron los planes y las discusiones para
montar una fábrica de armamento antitanques en el desierto, según lo
confirmó a la radio sueca el vice director general de la Inspección de
Productos Estratégicos (ISP), Jan Erik Lövgren.
Sin embargo, Lövgren agrega que no puede comentar las
actividades en el marco del acuerdo MOU con Arabia Saudita, estén éstas
en la etapa de planificación, en ejecución o ya hayan sido ejecutadas.
"Son secretas", dice. El MOU con Arabia Saudita fue renovado en 2010.
¿Por qué es tan importante para Suecia ayudar a Arabia Saudita
a montar fábricas de armas? Esa es una pregunta que nadie en las altas
esferas del poder quiere comentar. El secretario de defensa Håkan
Jevrell no contesta a los reporteros.
El ministro conservador de Relaciones Exteriores, Carl Bildt,
dice que el acuerdo con Arabia Saudita lo firmaron los socialdemócratas,
por lo que no es su culpa lo que pasó, pero que ahora es "importante
cumplir con el MOU para mantener la credibilidad de Suecia como socio en
acuerdos internacionales".
Para Bildt, las "instalaciones para el mantenimiento,
desarrollo y reconstrucción de sistemas equipos y repuestos bélicos", no
son "fábricas de armamento".
Al preguntársele si no será que el gobierno sueco ha mantenido
este acuerdo en secreto y se niega a romperlo porque Arabia Saudita es
un aliado de la OTAN, Bild se siente ultrajado y reposta al periodista:
"¿Qué quieres decir con eso?"
Si los periodistas suecos le hubiesen señalado que él es un ex
directivo de la RAND Corporation, que es miembro de la Comisión
Trilateral y de Bilderberg, y que en 2002 formó parte del grupo
encargado de vender la guerra contra Irak en Europa a cuenta de los
Estados Unidos, Bildt les hubiese colgado de inmediato el teléfono.
Luego habría hecho un par de llamadas y los reporteros habrían perdido
sus trabajos.
En octubre de 2011, después de que los tanques sauditas
entraron en Bahrain ahogando en sangre la revuelta popular contra la
dictadura de ese país, el rey sueco condecoró al rey Abdullah de Arabia
Saudita, algo que Bildt en su momento comentó en los siguientes
términos:
"El mundo es así, y si lo que se quiere es cambiarlo e influir
en él hay que andar por el mundo. Todo el mundo no es como (el pueblo
sueco de) Skövde, sino que es un poquito diferente. Entonces tenemos que
tratar de influenciarlo de diferentes maneras".
Habrá que ver si el pueblo sueco, que sigue sin querer que su
país sea miembro de la OTAN aunque desde hace años sus gobernantes
socialdemócratas y conservadores actúen como si estuviesen bajo el mando
de la Alianza Atlántica, de ahora en adelante se seguirá conformando
con explicaciones tan ofensivas a la inteligencia.
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