Por Jorge Capelán, RLP/TcS.
El gracioso constatar las ínfulas de compromiso democrático con las que se llenan el pecho los redactores de La Pren-CIA, S.A., especialmente al repasar los nombres de algunos de los ilustres columnistas que publica en la sección de opinión del periódico, como el uruguayo Danilo Arbilla, ex presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, a finales de la década de los 90s.
El nombramiento de Arbilla al frente de la organización de latifundistas mediáticos de América Latina fue escandaloso, ya que Arbilla fungió como secretario de prensa de la dictadura uruguaya en la década de los 70s. Durante esa época, en 1973, Juan María Bordaberry disolvió el parlamento, prohibió a los partidos políticos y se erigió en dictador - un puesto que mantuvo hasta el año 76. El ex dictador murió el año pasado en su casa a los 83 años mientras cumplía una condena de 30 años por los asesinatos y desapariciones cometidas en esa época.
Después de que Bordaberry le cediese su puesto de dictador a una junta de gorilas, Arbilla decidió continuar en su puesto como comunicador del fascismo. Durante todos esos años se cerraron todos los diarios y revistas de la oposición. Julio Castro, el vice redactor en jefe del semanario Marcha, fue secuestrado y luego asesinado por agentes de las fuerzas de "seguridad" uruguayas en Buenos Aires. Él fue sólo uno de varios periodistas que corrieron esa suerte con Arbilla como secretario de prensa.
En aquella época fueron censurados incontables autores. Las radios debían presentar a los militares listas de las canciones que pensaban transmitir y los diarios estaban sometidos al visto bueno de las autoridades castrenses.
Ni en los 80s, cuando la dictadura uruguaya se tambaleaba, Arbilla dejó de ser leal al fascismo. En octubre de 2006, el diario La República de Uruguay reveló que Arbilla había sido redactor del diario "Hoy" que escribía loas al entonces dictador Gregorio Álvarez.
Desde hace varios años La Prensa publica las notas de Arbilla. ¿Será que a tan comprometidos demócratas les ha faltado el tiempo para averiguar la trayectoria de sus columnistas? Es difícil creerlo.
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