Por Jorge Capelán, TcS/RLP.
Hace ya 6 años, el 4 de noviembre de 2008, llegaba a La Habana
para participar en la edición anual del Encuentro Internacional por la
Liberación de Los 5 Héroes que hasta ahora se acostumbraba celebrar en
la ciudad de Holguín. (¿Qué irá a pasar ahora con esos encuentros? ¿No
se podrá seguir celebrándolos, pero por la Liberación de todos los
pueblos?)
Recuerdo esa noche, recién llegado del aeropuerto, el ambiente
de expectación que se respiraba en el lobby del hotel, en las calles y
en los lugares públicos de la capital. No era para menos, ya que esa
noche, con la victoria de Barak Obama sobre el republicano John McCain,
por el 64.9% de los votos electorales, permitía pensar en un cambio en
la política criminal que desde hacía más de 4 décadas el imperio venía
ejecutando contra el pueblo cubano.
Que Obama verdaderamente fuese a llegar a hacer realidad de
sus promesas electorales de atender las carencias sociales de su propio
pueblo, y de ser menos belicoso contra los demás pueblos del mundo de lo
que había sido el loco de Bush, éramos varios los que dudábamos, aunque
todos lo deseásemos. En el lobby del hotel, tanto cubanos como
extranjeros celebraron cuando por teleSUR se anunciaba el resultado de
esa elección. Las mismas reacciones encontré en la calle cuando salí a
dar una vuelta unos minutos más tarde.
En el caso de Cuba, la justicia tardó en llegar, pero llegó.
Hoy Obama está dando los primeros pasitos para terminar con el bloqueo y
nuestros cinco hermanos, los héroes antiterroristas, están de vuelta a
Cuba con sus familias. Aún recuerdo la expresión de dolor y ternura de
Doña Mirta, la mamá del héroe Antonio Guerrero, cuando en Holguín le
alcancé un ejemplar de un libro de poemas de su hijo traducidos al sueco
por un comité de solidaridad escandinavo al que estaba representando en
aquella reunión.
La expresión de Doña Mirta al hojear aquel librito en un
idioma incomprensible, pero con unos dibujos y una firma íntimamente
cercanos, me hizo entender el océano profundo de sufrimiento por el que
estaban pasando ella y el resto de familiares de Los Héroes. Al mismo
tiempo, en esa expresión, también puder ver el espíritu de no dejarse
caer, de seguir luchando, de confianza en una revolución y un pueblo
forjados en una serie de principios capaces de resistir las mayores
crueldades de los poderosos de la Tierra.
Hoy, Doña Mirta, y todos los familiares de los Cinco Héroes,
han vuelto encontrarse con los que el imperio había secuestrado y
encerrado en sus mazmorras. Hoy, como lo prometió Fidel, Los Cinco
Héroes han vuelto a casa, y todos los que durante todos estos años, a lo
largo y ancho del mundo, alguna vez distribuimos algún volante, o
juntamos algún peso, o vendimos algún folleto, o dimos alguna charla,
para que ellos puediesen regresar, también estamos celebrando junto con
todo el pueblo cubano.
Celebremos hoy. Porque mañana tenemos que seguir trabajando
duro para que Obama materialice y profundice sus anuncios hasta que el
bloqueo sea una referencia histórica, para que los EEUU normalicen
también sus relaciones con Venezuela y Bolivia, para que no destruyan al
mundo y para que se den cuenta de una vez por todas que tienen que
aceptar la independencia de Nuestra América.
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